El hidrato de
metano pose una estructura molecular dentro de las cuales se encuentran
atrapadas moléculas de metano, el principal componente del gas natural. Si el
hidrato de metano se calienta o se despresuriza tendremos nuevamente agua y gas
natural (un metro cúbico de hidrato de gas libera 164 metros cúbicos de gas
natural). Los depósitos donde se depositan los hidratos puede ser de varios
cientos de metros de espesor y se producen generalmente en dos tipos de
configuración: bajo el permafrost ártico y por debajo del suelo marino. El
hidrato de metano puede ser biogénico creado por la actividad biológica de los
sedimentos y termogénico creado por procesos geológicos más profundos dentro de
la tierra.
Algunas valoraciones
indican que los recursos en yacimientos de areniscas árticas (por debajo del
permafrost) pueden contener un volumen de gas de unos 100 trillones de pies
cúbicos (TCF), mientras que los hidratos en las arenas marinas se estima que
contienen 1.000 's a 10.000' s de TVC y se dispersaron por el lodo marino se
estima que puede haber 100.000 's de TVC (en las aguas continentales los
espesores pueden llegar a los 1500 pies). Otra evaluación del Servicio
Geológico de EE.UU. (USGS) ha estimado un recurso potencialmente recuperable de
85 billones de pies cúbicos de gas solo en la vertiente norte de Alaska.
Además la inyección
de CO2 en yacimientos de hidratos de metano es una tecnología que puede además
de liberar una fuente de energía permanente sirve de almacenamiento al dióxido
de carbono, un gas de efecto invernadero.
Aunque ha pasado
desapercibido, es interesante recordar los ensayos de Japón y Estados Unidos en
la producción con éxito de hidrato de metano a comienzos del año 2012 (laboratorios
de investigación de la Oficina del Departamento de Energía Fósil de Estados
Unidos, ConocoPhillips y la Japan Oil, Gas and Metals National Corp). Representa
la primera prueba de una tecnología de intercambio de CO2 que ha sido
desarrollado por ConocoPhillips y la Universidad de Bergen, Noruega. En la
prueba, un pequeño volumen de CO2 y nitrógeno se inyecta en un pozo para
generar gas natural.
Tanto los EE.UU.
como Japón se han comprometido a utilizar el gas del Ártico en la investigación
como un paso importante en la evaluación del potencial de producción de hidratos
de metano en aguas profundas de entornos marinos donde están ubicados la gran
mayoría de los recursos mundiales. Además de la colaboración de EE.UU y Japón
también ha participado Corea, India, China, Canadá y otros países.