Para los de la “greenchurch” se trata del lignito pardo, un carbón mucho más sucio que el español (más cenizas, más azufre, más humedad y menos poder calorífico). También el método de explotación produce unas afecciones ambientales mucho más importantes que nuestras explotaciones mineras (corregibles por supuesto) y están próximas a importantes y grandes ciudades.
Se me olvidaba, España como siempre de pena y asco.