Aunque la fama de las aplicaciones de las cargas huecas basadas en
el denominado efecto Munroe (*) se la llevan las aplicaciones militares y en
concreto la perforación de blindajes, las cargas huecas tienen una gran
importancia en las aplicaciones civiles que es lo que me interesa: corte de
metales, industria de petróleo y gas, desatasco en fundiciones, demoliciones de
edificios y estructuras metálicas y de hormigón, etc. Conviene matizar en
contra de lo que algunos creen que el efecto no depende en modo alguno de
calentamiento o fusión del metal para su eficacia ya que el efecto es puramente
cinético. Dos figuras ilustrativas sobre el efecto y una carga hueca lineal empleada en el corte de una viga de un puente.
(*) Charles E. Munroe (químico civil) observó en1888 que cuando un
bloque de algodón pólvora explosiva con el nombre del fabricante estampado en
dicho bloque, se detonó al lado de una placa de metal, las letras quedaron
cortadas en la placa. Aunque la primera mención de cargas huecas se produjo en
1792 por parte de Franz Xaver von Baader ingeniero de minas alemán y se adoptó
la idea en Noruega y en las minas alemanas. Se
desarrolló poco debido a que el explosivo disponible en ese momento, la
pólvora, es poco potente y por tanto no genera la necesaria onda de choque. El
primer efecto real de carga hueca se logró en 1883 por Max von Foerster,
jefa de la fábrica de nitrocelulosa de Wolff y Co. en Walsrode, Alemania.