Con
motivo de la jubilación del prestigioso especialista en “econometría y en
modelos de desestacionalización de series temporales” del Banco de España
Agustín Maravall, aparece en “El Confidencial” un estupendo artículo de Carlos
Sánchez que recomiendo su lectura (adjunto la dirección), no solamente por el
relevante personaje sinó también por lo brillante y acertado de la redacción de
dicho artículo. Expongo algunas pinceladas que solo pretenden ser un pequeño
anticipo de la lectura:
…La frase preferida de Agustín
Maravall la pronunció Descartes. ‘Para poder vivir bien’, sostenía el filósofo
francés, ‘hay que vivir sin ser visto’.....una disciplina como la economía,
contaminada como ninguna otra por todo tipo de comportamientos irracionales.
Principalmente, la economía política…..Su desconfianza en la economía se fraguó
cuando observó que el dinero no era producto del trabajo sino de manejar más
dinero….. Como decía Henry Miller, “hay que dar un sentido a la vida, porque
obviamente la vida no lo tiene”. Y, como reconoce el propio Maravall, “en
ocasiones ese sentido se puede buscar en los números”...El paradigma del
mercado libre es de un interés limitado porque simplemente no se puede cumplir.
Y aunque se cumpliese nos llevaría al
célebre ‘óptimo de Pareto’, según el cual basta con que una persona salga un
poco perjudicada para que no se pueda decir que la situación es preferible
aunque todos los demás ganen……
Cuando
leía el artículo, y en relación a la economía política, me vinieron a la cabeza
dos frases, una en relación a los políticos que en su momento pronunció el
también político ruso Nikita Khrushchev “Politicians are the same all over.
They promise to build a bridge even where there is no river” (Los políticos son
los mismos en todas partes. Prometen construir un puente incluso donde no hay
río) y otra frase a que tarde ó temprano se impone la verdad “Your sins will
find you out”. Totalmente acertada la primera frase, pero no la segunda. A
veces por desgracia tarde tanto en imponerse la verdad que esta ya no vale para
nada, el daño está hecho y los responsables se han ido de rositas.