jueves, 14 de mayo de 2015

Recuerdos de cosas importantes: Cervantes y Oficios

a) Bueno y recomendable artículo de Arturo Pérez Reverte titulado “Siempre pinchamos en hueso” y que direcciono al final. Por su significado copio y pego el párrafo final:
…..….Pero claro. Todo eso ocurriría en un país normal culturalmente hablando, como lo son Inglaterra o Francia -¿imaginan si el Quijote lo hubieran escrito ellos?-, y no en esta triste España en la que no ya los huesos de Cervantes, sino también los de Calderón, Quevedo, Lope de Vega, Herrera, Claudio Coello, Murillo, Jorge Juan y tantos otros se perdieron para siempre. Una España en la que, cuando en 1899 se edificó el actual Panteón de Hombres Ilustres, no se encontraron restos de ninguno para enterrar allí. Dense una vuelta por ese lugar, que está en Madrid, cerca de Atocha, y verán que hasta en las lápidas quedamos retratados como lo que somos y nos gusta ser: Sagasta, Prim, Cánovas del Castillo... Sólo políticos. La cultura y la ciencia, como de costumbre, ni están ni se las espera. Por eso merecemos que el año que viene los ingleses, con su Shakespeare, nos den bien dado por ese lugar exacto donde siempre nos dieron, nos dan y nos van a dar (finanzas.com/xl-semanal/firmas/por-arturo-perez-reverte/20150510/siempre-pinchamos-hueso-8440.html)
b) Este fin de semana mientras paseaba con mi perrita Zoe por un barrio de Gijón he visto que las calles llevan nombres de oficios olvidados que han contribuido hace no muchos años al desarrollo industrial y a la prosperidad de los países. Oficios que han dignificado muchas personas y a las cuales todavía una puede ver paseando (ó en corrillos hablando y tomando el sol) su edad avanzada y sus achaques consecuencia de trabajos duros con enorme dignidad. Calles denominadas: Ajustadores, Torneros, Calafateadores, Albañiles, Fogoneros, Ajustadores, Calafateadores, Electricistas, Fontaneros, etc. Es un barrio sencillo de trabajadores (por desgracia casi todos jubilados) de los muchos que hay en España que viven alejados de los problemas y del mundo en el que se mueven esas castas de políticos, tertulianos políticos, banqueros, enchufados en las administraciones, funcionarios europeos, etc etc, que llevan años y años viviendo del cuento. Por fortuna queda gente buena y honrada. También entre éstos últimos hay algunos.