martes, 25 de marzo de 2014

La importancia de lo que parece que no lo tiene: aplicación al carbón

Leo en el blog de Steven Goddard (stevengoddard.wordpress.com/) una referencia a un artículo en The Guardian sobre “la necesidad de científicos inconformistas”. Vaya me alegro que aunque solo sea en determinadas ocasiones a algunos les funcionen algunas neuronas.
Decía el prestigioso (no todos lo son) Premio Nobel de Física Richard Feynman que "La ciencia es la creencia en la ignorancia de los expertos" ("Science is the belief in the ignorance of the experts").
Pues bien, en dicho artículo se expone, en una breve visión histórica, que si que es bueno el proceso de “revisión anónima por pares“ que tienen las principales revistas científicas para analizar los hechos relevantes de la ciencia (por supuesto que es bueno), pero que fiarlo todo a los expertos supone en ocasiones un peligro para la ciencia. Apunta varias razones.
Yo apunto otra: la creación en ocasiones de lobbys ó grupos cerrados con intereses más ó menos encubiertos entre dichos expertos que imposibilita el acceso a dichas publicaciones sinó se pertenece a dicho clan ó se participan del mismo ideario. Por ejemplo sino se es un alarmista climático.
Así se crean los llamados “consensos científicos”, se consiguen jugosas subvenciones para todo tipo de estudios (incluso para analizar el efecto del llamado cambio climático sobre la pata de la araña peluda de la isla calva), etc. Como hay “consensos científicos” pues por mor del alarmismo se tienen disculpas para cerrar minas de carbón. En España importa un carajo que dependamos de Argelia que para eso tenemos el portaviones príncipe de Asturias; a no, que está en desguace, bueno decimos a Estados Unidos que nos eche una mano.
Si falla el alarmismo se actúa sobre el precio de los derechos de emisión del CO2 (que repercute directamente sobre el coste del carbón como combustible en la central térmica) y se consiguen los mismos resultados. Si ahora en Europa se han relajado los efectos de dichos razonamientos, solo es porque a Alemania le interesa seguir con el carbón porque se les ha ido de las manos las subvenciones a las renovables y se han metido en una ratonera con el gas ruso.
theguardian.com/science/2014/mar/18/we-need-more-scientific-mavericks