En
los tiempos actuales donde la gente no se aplica el dicho de que “es mejor
tener la boca cerrada y parecer estúpido que abrirla y disipar las dudas”, uno se refugia en los ratos libre leyendo sobre temas varios que me
gustan. Uno de los temas es la mecánica cuántica que aunque suena a pedante
tampoco es tan complicado entenderla. Otra cosa es aportar cosas nuevas. En la
lectura sobre dicha materia utilizo como referencia los trabajos del gran
físico ya fallecido y Premio Nobel R. Feynman. En una librería a la que suelo ir con cierta
frecuencia desde hace muchos años he encontrado traducido un estupendo libro
que estaba publicado en inglés con el títulos de “Quantum Man” del prestigioso
físico Lawrence M. Krauss y que es una biografía científica de R. Feynman. En
castellano se titula Descubrir a Richard Feynman de la editorial RBA con un
trabajo muy bueno de traducción y corrección de José L. Sánchez Gómez y Cormac
MacCarthy. Es un libro muy recomendable y accesible.
Porque
me ha gustado especialmente, voy a exponer una anécdota que le contó a Niels
Bhor el científico Ernest Rutherford respecto a la peculiar forma de ser
discreta y silenciosa de Paul Dirac. Obviamente todos Premios Nóbel.
…..un señor va a una
tienda de animales domésticos a comprar un papagayo de hermosos colores y al
preguntar el precio de uno de ellos le dicen que 500 dólares porque sabe 10
palabras. Al preguntar por otro le dicen que 5.000 dólares y que es porque sabe
100 palabras. Entonces pregunta por el precio de uno feo y desplumado que
estaba en una esquina y le dice el dependiente que 100.000 dólares. Entonces
cuántas palabras dice 1000, 2000……No, responde el dependiente, éste no habla, ese pájaro piensa.